miércoles, 31 de diciembre de 2008

Toc, toc...¿hay alguien ahí?



Y no me refiero a vosotros, lectores, sino a la pregunta que el emprendedor se hace muy a menudo cuando se mira al espejo; ve que está solo y se asusta. La incomprensión de la familia y otras personas cercanas, manifestada a través de frases como “..pero hijo...¿ya vales tú para eso?”, siembra dudas y dificulta todavía más el camino a recorrer. En ocasiones y ante tal panorama se busca(n) socio(s) (de los que hablaré en otra píldora) con el único fin de ir acompañado en la aventura.


Por tanto, es fundamental trabajar previamente el aspecto psicológico ya que comprobar la viabilidad de tu idea empresarial es como montar en una noria, donde los “subidones” de moral van a ir acompañados de sus correspondientes “bajonazos”. Quien quiera permanecer todo el tiempo en la parte alta de la noria se está mintiendo a sí mismo. Tu capacidad de respuesta a las desilusiones (y el comportamiento de la familia puede serlo), estará directamente relacionado con tu visión positiva de la situación.


Si te encuentras con la incomprensión familiar, mi recomendación es que les dejes claro que no vas a mover un dedo si las cosas no están claras, y que vas a controlar permanentemente el negocio para que no se desmadre. Piensa que lo que les preocupa principalmente es el aspecto económico; el que no te arruines de por vida y te condenes a ser un “paria”. En un segundo término, hazles partícipes de tus avances durante la realización del plan de negocio. Pídeles que te asesoren; que se involucren de alguna forma en tu trabajo, pero dejándoles claro que la decisión final es tuya y sólo tuya. Eso les permitirá descargar responsabilidades y quien quiera ayudarte te ayudará.


El 66% de las empresas creadas en Bizkaia son del sector servicios.


Según publica La Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, el 66% de las empresas creadas en Bizkaia en los nueve primeros meses del año pertenecía al sector Servicios. En concreto, durante ese periodo se crearon en Bizkaia un total de 1.828 nuevas sociedades con un capital aportado que ascendía a 238 millones de euros, suponiendo una disminución de 662 sociedades con respecto al mismo periodo de 2007 y de 124,3 millones en su capital.

El mayor número de empresas creadas correspondió al sector de Servicios con un 66% del total, aunque con un descenso en 458 sociedades. Además, un 16% de las sociedades creadas de enero a septiembre de este año pertenecían al sector Industria, siendo 47 menos que en los nueve primeros meses del pasado año. En el sector de la Construcción se constituyeron 321 empresas, 154 menos que en el mismo periodo del pasado año, suponiendo un 18% de las compañías creadas en los nueve primeros meses.

Estas cifras deben llevarnos a dos reflexiones.

La primera es obvia y hace referencia al menor número de empresas creadas, producto a mi juicio de dos cuestiones: por una lado a la desaceleración económica y por otro, a que la mayoría de los emprendedores se meten en ese jardín más por solucionarse el empleo que guiados por "una savia creadora que les fluye por los poros" (estoy hecho un poeta por Dios). Como las empresas han creado empleo por cuenta ajena,-otra cosa es la calidad del mismo-, los aspirantes a emprendedores han aparcado sus proyectos para peor ocasión.

La segunda reflexión está directamente conectada con la anterior. Los proyectos empresariales abordados por los emprendedores habitualmente están referidos a empresas de servicios, ya que este tipo de negocios requieren mínimas inversiones y gastos iniciales. El problema globalmente hablando, es que las empresas de servicios son los "vagones del progreso y la riqueza" pero necesitamos una o mejor varias máquinas tractoras (léase empresas industriales) que tiren de los vagones. ¿De qué sirven las empresas de servicios si los consumidores y usuarios no tienen empleo y por lo tanto un sueldo?. ¿Aparecerán en los periódicos anuncios de este tipo? (Cambio diseño página web por 10 pares de zapatos de caballero).

Invierte tiempo antes que dinero



Con esta primera “píldora” comienzo una serie de consejos que espero os sirvan de ayuda a la hora de emprender. Lo primero que tiene que pensar un emprendedor es que por muy original que sea su idea empresarial, es probable que ya se le haya ocurrido a otra persona anteriormente. Quizás la desechó por no ser viable….o tal vez ya esté trabajando gracias a ella.

A menudo la euforia inicial hace que el emprendedor minimice los riesgos de emprender, lo que le lleva a realizar inversiones (y por lo tanto a gastar dinero) sin las precauciones debidas. Entre otros recuerdo el caso de una persona que compró un local porque era bastante barato, lo reformó y abrió una tienda de ropa para señoras; pese a contar con buenos proveedores y precios atractivos, el negocio resultó un fracaso porque la calle no era comercial….¡fallaron los clientes!.

Para evitar situaciones parecidas, antes de nada debes comprobar la viabilidad de tu idea empresarial mediante la realización del plan de negocio, instrumento básico para reducir los riesgos de fracaso en la fase inicial, momento en el que las inversiones son mayores. El tiempo a invertir en el desarrollo de dicho plan dependerá de tus obligaciones personales (trabajo, familia, etc.) y de la complejidad técnica del proyecto. Programa su realización de forma metódica para poder avanzar sin descanso; te aconsejo que emplees menos de seis meses en ello salvo que los dos factores detallados anteriormente obliguen a otra cosa. Un período mayor enfriaría las ganas de seguir adelante.

Lo dicho: “Invierte tiempo antes que dinero”.